Finalmente, el hijo aceptó que su padre se quedara en el cuarto de la servidumbre solo durante un tiempo. Éste llamo a su pequeño hijo de tan sólo ocho años de edad y le pidió que le trajera a su abuelo una vieja cobija. El niño tardaba demasiado, el padre subió para ver cual era el motivo de la tardanza del niño. Este pequeño estaba cortando la cobija en dos partes, el padre enfurecido le preguntó ¿por qué estas cortando en dos partes esa cobija?
...El niño respondió: -Para guardarte la mitad de ella, para que cuando tú seas viejo y vayas a mi casa ver en que lugar te pondré.
Hoy en día la mayoría de los hijos optan por llevar a los padres asilos o lugares similares justificando diciendo que están mejor “atendidos”. Un anciano, no debe ser una carga para los hijos, estamos conscientes que ya no cuentan con la misma capacidad, habilidad, y fuerza que un adulto o un niño pero siguen siendo seres humanos los cuales requieren de nuestro respeto, atención, cariño y comprensión.
" Hijo, cuida de tu padre en la vejez y, mientras viva no le causes tristeza. Si se debilita su espiritu, perdonale y no lo desprecies, tu que estas en plena juventud. Pues la caridad para con el padre no sera olvidada, te servira como reparacion de tus pecados. Cuando estes sufriendo, Dios se acordara de ti; y como el calor derrite el hielo, se disolveran tus pecados. Como quien injuria a Dios, es el que abandona a su padre, y maldito del Señor quien ofende a su madre."
Siracides 3, 12-16
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